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Existe en el imaginario colectivo la idea de que la principal consecuencia de infringir las normas de tránsito es recibir multas.


En Maresa Center, creemos fundamental concientizar al respecto para que las personas comprendan el sinfín de problemas que puede acarrear una conducta irresponsable al volante. Nos sentimos comprometidos en la tarea no sólo de vender los autos más exclusivos, sino también, de saber que serán conducidos por clientes verdaderamente conscientes.

Para ello es importante dejar de lado esa idea simplista y enfocarse en entender que conducir a gran velocidad no es un hecho que compete sólo a una persona, sino que afecta a todo quien se encuentre en el espacio donde está sucediendo. La consecuencia más grave de infringir las normas de tránsito son los accidentes.

Gran porcentaje de accidentes automovilísticos se deben al exceso de velocidad de los conductores. Para atacar este problema debemos considerar que manejar sobrepasando los límites de velocidad afecta a la sociedad en sí misma.

Los límites de velocidad son establecidos en función del tipo, de la geometría y de las condiciones de la vía, también de la categoría de los vehículos que transitan en ellas y de los accidentes de tránsito alrededor. Vale destacar que las condiciones desfavorables del tiempo también pueden interferir en la selección de la velocidad segura para transitar. Por lo tanto, es sumamente necesario comprender que existe un estudio previo y continuo sobre la razón de existencia de diversas normas de seguridad que son creadas, justamente, en pos de velar por la seguridad de personas y animales.

 

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Consecuencias del exceso de velocidad

 

  1. Mayor potencial de pérdida del control del vehículo.

    Entre los efectos que genera en la conducción se encuentra la reducción del tiempo de reacción, además puede favorecer a perder el control del vehículo y la rectificación de la trayectoria.

    El conductor puede perder el control del vehículo si viaja a más de 100 km/h y pasa sobre baches, se pincha una goma o sus neumáticos no se encuentran en buen estado.

     

  2. Alteración del funcionamiento sensorial (disminuyendo el campo visual) y del fisiológico (aumentando el nivel de fatiga).

    Al superar el límite de velocidad para el que fue diseñada la vía, se deterioran aspectos como la estabilidad del vehículo y la visibilidad del conductor, reduciéndose por ejemplo, la distancia hasta donde puede ver el camino.

    Cuanto más rápido se conduce un auto, menos capacidad de reacción tiene el conductor.

  3. Reducción de la eficacia de los sistemas de protección de los ocupantes.

    Tanto los sistemas de protección activos como pasivos se ven alterados ante el exceso de velocidad, debido al aumento de posibilidad de generar malas maniobras o mala utilización del sistema vehicular por parte del conductor.

     

  4. Reducción de la distancia de frenado.

    El exceso de velocidad reduce el tiempo que tiene el conductor ante un imprevisto, tiempo que le permitiría evitar un accidente mediante alguna acción evasiva, como por ejemplo frenar.

    El exceso de velocidad aumenta el tiempo necesario para frenar, eleva la probabilidad de que el conductor pierda el control del vehículo y disminuye la capacidad de anticiparse a probables peligros, por eso aumenta el riesgo de accidente y/o la gravedad de las lesiones cuando este ocurre.

     

  5. Aumento del grado de lesiones en caso de un accidente.

    Los autos que viajan a menos de 60 km por hora suelen causar accidentes graves aunque no mortales. Por lo general, a partir de 60 km por hora aparecen en las estadísticas los accidentes mortales.

    Un gran porcentaje de peatones que fallecieron atropellados, habrían sobrevivido si los vehículos que los impactaron hubieran ido a 5 km por hora menos del que iban.

 

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Entender que debe existir un compromiso social, más allá de las multas y posibles accidentes, es la clave para tomar conciencia sobre sus problemáticas.

A la hora de conducir es importante asimilar la responsabilidad social con la que uno acarrea en ese momento.

 

En Maresa Center tenemos la gran convicción de que la educación vehícular es fundamental, y que si bien los vehículos cada vez facilitan más acciones en la conducción, es tarea individual el ser mejor actor social.

 

 

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