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En este post te contamos en qué debes fijarte cuando hagas las revisiones periódicas y preventivas de tu vehículo, teniendo en cuenta el kilometraje que tenga.

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Realizarle un mantenimiento preventivo a tu auto es algo de vital importancia, ya que te permite mantener en mejor estado tu vehículo. Este consiste en una revisión periódica en la que se lleva el auto al mecánico sin esperar que algo se descomponga. Realizar esta rutina es muy importante para  mantener la seguridad del vehículo y tener tranquilidad a la hora de conducir.

La rutina de revisiones debe ser estricta, y cada fabricante establece algunos plazos específicos para hacer el mantenimiento correspondiente. Sin embargo, existen recomendaciones básicas establecidas, dependiendo del kilometraje.

 

5.000 kilómetros

Es la primera revisión. Hay que fijarse en  los neumáticos, en el agua y en el líquido de frenos. También se debe cambiar el aceite y los filtros. Esto es algo que se va a repetir en todas las inspecciones. Se puede aprovechar para ajustar la tensión del embrague, correas del motor, suspensión y luces.

Este mantenimiento se repite en las rutinas que terminan en 5, 15, 25, etc. Es la denominada rutina impar, donde no se realizan cambios importantes que si se realizan en las revisiones denominadas pares, como por ejemplo: 10, 20, 30, etc.

 

10.000 kilómetros

Más allá de neumáticos, líquidos, aceite y filtros, es un buen momento para cambiar las escobillas del limpiaparabrisas, algo que debería hacerse anualmente.

También se revisa la tensión y eficacia del freno de mano y el pedal del freno. Y lo más importante: deben realizarse la alineación, balanceo y rotación de las ruedas.

 

20.000 kilómetros

Para empezar, se deberá cambiar el filtro de aire del habitáculo o los filtros del polen del aire acondicionado. Es un buen momento para engrasar los rodamientos de las ruedas traseras y comprobar cómo están los soportes del motor y los escapes. Puede que también tenga que cambiarse la batería. Tampoco deben perderse de vista las pastillas de freno, ya que empieza a notarse su desgaste los 20.000 kilómetros.

También hay que revisar y lubricar las cerraduras y bisagras de las puertas. Son uno de los elementos más utilizados, especialmente en la puerta del conductor o el baúl. Por último, se recomienda verificar el recorrido de los pedales del freno y el embrague, para comprobar que siguen siendo igual de efectivos o si es necesario recalibrarlos.

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30.000 kilómetros

Las pastillas de freno están llegando a su vida límite, así que es el momento de cambiarlas. Se debe aprovechar para revisar los discos de freno, la tensión y eficacia del sistema de frenado.

Entre los 30.000 y 40.000 kilómetros deberíamos revisar el aire acondicionado, especialmente si nos acercamos al verano, amortiguadores, manguitos, rodamientos o incluso una alineación de las ruedas.

 

50.000 kilómetros

Llega el momento de ponernos muy serios y cambiar los componentes que todavía no hemos renovado desde que compramos el coche, o los que vuelven a llegar al final de su vida útil.

Toca cambiar el aceite, los filtros de aceite o combustible, las pastillas de freno, el líquido de frenos y del embrague, las bujías de encendido, correa de distribución, el refrigerante del radiador. También habrá que ajustar la suspensión o sincronizar el motor de inyección o del carburador.

Desde aquí en adelante puede repetir la misma rutina de 30.000 kilómetros a la de 60.000, la de 400.00 la puede utilizar a los 80000 y así sucesivamente,  realizando una revisión general por si se requieren más operaciones. A los 70.000 y 90.000 kilómetros, se puede aplicar la rutina de mantenimiento de los 10.000 kilómetros y la rutina de 5.000 kilómetros en las intermedias, si se realiza con esta periodicidad.

 

100.000 kilómetros

De nuevo hay que comprobar el estado de las pastillas de frenos, líquidos, correas, el radiador o el aceite y cambiar todo lo que sea necesario. También habrá que re sincronizar el motor de cuatro cilindros de inyección o del carburador y ajustar de nuevo la suspensión. 

Se deben volver a alinear las ruedas. Y prestarle especial atención a la cadena.. Si empieza a hacer ruido, cámbiala; si no lo hace, podrás alargar su renovación hasta los 120.000 kilómetros.

 

Llevar el control del mantenimiento del vehículo es fundamental para su funcionamiento y seguridad. Siguiendo el plan de mantenimiento mencionado, no tienes de qué preocuparte.

En Maresa Center contamos con talleres especializados en las marcas automotrices más grandes del mundo. Nuestra red de talleres cuenta con expertos, tecnología exclusiva y repuestos con stock permanente. 

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